benedicite

Documentos y reflexiones de una cristiana

2004/07/30

Iglesias de Nagasaki

Buscando la ruta del Camino, del Camino a Nagasaki, la Ruta de los Mártires, he encontrado de nuevo el enlace a una web que me trae recuerdos entrañables. La web de las iglesias de nagasaki. He mirado nuevamente las fotos, recordando lugares familiares donde estuve hace años.

Entre ellas había la Iglesia de Ebukuro, vieja y humilde como los habitantes de la aldea que preside desde lo alto, hacia donde se subre por una amplia escalinata. la Iglesia, humilde y viejita, pero muy cuidada y visitada por la gente para la oración, me la mostraron mientras me contaban conmo el pueblo pertenecía a Jesús de una manera muy especial.

En el siglo XIX, una peste asolaba la region. Pidieron a Cristo que los librara y el pueblo no tuvo víctimas. En agradecimiento el pueblo entero -cristiano ya, por supuesto, se consagró al Corazón de Jesús. Una consagración, sincera, incuestionable, vivida con agradecimiento, por este pueblecito de pescadores -los hombres, y agricultores -las mujeres.

Viejos cristianos de Nagasaki que tienen el orgullo de cristianos viejos, curtidos en la larga persecución de más de doscientos cincuenta años, manteniendo su fe escondida de los persecutores...

Me acuerdo de aquel chico de doce años que nos visitó antes de partir hacia el Seminario menor para ser sacerdote, cuando nos contó con los ojos brillantes como su bisabuelo había sido mártir. Se notaba en el tono de su relato que la familia tenía esa muerte por Cristo como la joya de familia, guardada en el relicario de su corazón.

Viejos y fieles cristianos de Nagasaki que han conservado su fe. Que lo que no pudo conseguir la feroz persecución sangrienta, no se pierda por el lento estrangulamiento materialista de esta sociedad moderna que los invade. Que sigan siendo, en su humildad, como la lámpara puesta en lo alto para que de luz a la casa. Que singan siendo sal evangélica en esta tierra aún por evangelizar.

http://www.heritage-nagasaki.jp/Espanyol/es_frame.html


La libertad

¡Benedicite!

Alguna vez he comentado impresionada lo para mi significa que Dios nos creó a su "imagen y semejanza". la imagen no creo que sea que Dios tiene una nariz como la mia, sino que nos dió lo que es un atributo divino: la libertad verdadera.

Mientras nuestra libertad estuvo en plena armonia con la libertad divina, la semejanza fue verdadera y perfecta. pero el precio de la libertad es que nos permite escoger el mal. Es el mal uso de la libertad, que nos la arrebata precisamente por haber abandonado la libertad verdadera proyectada siempre hacia el bien.

Hoy he encontrado un texto precioso de Alfredo Saenz, sj, que comenta este tema analizando a Dostoievski:

"para Dostoievski, el tema del hombre y de su vocación trascendente es inescindible del tema de la libertad... ¿No acaso sería posible aliviar el sufrimiento humano privando al hombre de su libertad? Dostoievski ha explorado esta posibilidad en todas sus variantes y de ello han surgido brillantes intuiciones.

En este campo se abren a su juicio, tres posibilidades. La primera consiste en negar la libertad en aras de una presunta felicidad. La segunda, en afirmar las libertad aneja a la verdad, según aquello de Cristo: "La verdad os hará libres". Y la última, en afirmar la libertad, pero sin Dios, la libertad arbitraria.

En lo que atañe a la primera alternativa, nada temía tanto Dovstoievski como una sociedad que deseosa de imponer la felicidad por decreto acabase destruyendo la libertad; al mismo tiempo que obstruía, al menos en apariencia, el camino del vicio, cerraba también el camino de la redención. No fue esa la actitud de Cristo, según se lo dijo el gran Inquisidor: "Tú has hecho al hombre capaz de amar libremente, para que te siga, seducido y cautivado por ti". El seguimiento de Cristo postula indefectiblemente la libertad. Cuando el bien se hace por coacción deja de ser bien, ya que el bien libre, que es el único verdadero, implica la posibilidad de elegir el mal. En esto reside la tragedia de la libertad, que tan profundamente ha analizado Dovstoievski: La libertad de obrar el bien incluye la posible elección del mal, pero esta última conduce a la destrucción de la libertad...

La tercera posibilidad es la de la libertad rebelde. Dicha libertad degenera en lo arbitrario, en la rebeldía ilimitada, que se destruye a si misma y desemboca en el vacío. Desprovista de su contenido y finalidad, desvinculada de Dios, la libertad que gira en torno de si misma, acaba por esfumarse...."

¡Qué bien expresado que lo he encontrado. ¡Qué misterio el de la libertad divina en el hombre!
¡Qué verdad tan grande que la libertad rebelde conduce precisamente a perderla, porque ya no será la libertad en la verdad!

2004/07/27

Compartir el Pan

Hoy nos hemos encontrado tres "raros". Una mujer viuda de 50 años que había deseado ser monja budista en su juventud, un joven de 38, y yo, una religiosa católica y extranjera.

Hemos compartido el pan, del que me han preguntado, lo primero "¿Es el pan para consagrar?" Sorprendida por la pregunta, respondo: "No, pero podría usarse, porque en la consagración se usa pan" Era el pan que he cocido esta mañana. Mientras lo pastaba y lo cocía pensaba en el símbolo del pan y la sal. Compartir el pan y la sal en los países del pan de Oriente, significa abrir la casa y el corazón, es considerar el otro como hermano. ¿Sabría esto Masaki cuando me insistió repetidamente que quería comer mi pan?

Yaeko es una mujer muy especial, apasionada y directa, cosa que no se estila demasiado en Japón, con una gran sed espiritual. Con solo 50 años y dos hijos ya adultos, con todo el impetu de un corazón ardiente, probablemente ha comenzado la segunda etapa de su vida en búsqueda de interioridad y de madurez espiritual y eldia de hoy quizás ha significado bastante para ella.

¿Qué significación real habrá tenido su venida desde lejos para compartir el pan y la palabra? ¿En este pan y esta palabra compartidos hoy, ¿cuál habrá sido en nosotros la acción secreta del que es el verdadero Pan y la verdadera Palabra? El tiempo nos lo revelará...

2004/07/26

Inconsecuencia

Me doy cuenta que lo que más me hace sufrir es mis inconsecuencias. Sé lo bueno y mejor, lo que me conviene, pero soy una minusválida de la voluntad... por muy buena voluntad que tenga.

Mis excusas siempre estan a punto, discretitas y humildes, pero ahí están:...

"La calor es tan fuerte...
Mi memoria es tan deficiente....
Justo una urgencia me ha salido ahora....
Estoy agotada, no puedo hacer nada....
Entre tantas cosas inmportantes, debo escoger..."

Pero allá en el fondo sé que me falta diligencia y capacidad. En parte mi indigencia es voluntaria ¿me esfuerzo realmente hasta los límites de mis posibilidades, estirandolas por la "buena voluntad" del corazón, que sabe más de lo que creemos lo que nos pasa realmente...?

Lo sé, está ahi este pensamiento, y las ganas inmensas de ir más allá de mi modorra espiritual.

Sé que dispongo en Dios de todas las fuerzas que llegue a necesitar... ¿A qué espero, entonces?

Dios mío, dáme de querer lo que tu dispones
y de hacer lo que quiero,
por amor a ti!

2004/07/15

Amor y perdon

Pongo aquí el tema que acabo de leer de Hernan comentando a C.S. Lewis, en su blog de Apocalipsis


Veamos lo que dice Lewis:

¿Qué significa eso de que tengo que amar a mi prójimo como a mí mismo?; ¿concretamente, cómo me amo a mí mismo?

Si lo pienso un poco, encuentro que no tengo exactamente un sentimiento de cariño o afecto por mí, y ni siquiera gozo siempre de mi propia compañía. Así es que aparentemente "Ama a tu prójimo" no significa "siente cariño" por él o "encuéntralo atractivo". Eso es obvio, en realidad, porque no se puede sentir cariño por una persona haciendo un esfuerzo.
¿Pienso bien de mí mismo, creo que soy un sujeto agradable? Bien, temo que a veces sí lo hago (y, sin duda, ésos son mis peores momentos), pero ésa no es la razón de que me ame. De hecho, es al revés: podré decir que "me soy agradable porque me quiero a mí mismo" ; pero nunca diré que "me quiero a mí mismo porque me agrado". Así es que amar a mis enemigos aparentemente tampoco significa creerlos agradables. Y eso es un enorme alivio; porque a veces imaginamos que perdonar a nuestros enemigos significa darse cuenta de que, después de todo, realmente no son tan malas personas, cuando es evidente que lo son.
Demos un paso más. En mis momentos más lúcidos no sólo no me creo un hombre agradable, sino que sé que soy bastante odioso. Algunas de las cosas que he hecho me producen horror y disgusto. Así es que aparentemente se me permite abominar y odiar algunas de las cosas que hacen mis enemigos. Y ahora que lo pienso, recuerdo a algunos maestros cristianos que me decían hace mucho tiempo que debo odiar las acciones de un hombre malo, pero no odiar al hombre malo; o, como ellos lo decían, odiar el pecado pero no al pecador.

Durante mucho tiempo pensé que ésta era una distinción tonta que se quedaba en sutilezas: ¿cómo se podía odiar lo que un hombre hacía y no odiar al mismo hombre? Pero años después se me ocurrió que había una persona a quien yo le había estado haciendo eso durante toda mi vida: yo mismo.
Por más que me repugnara mi propia cobardía o soberbia o codicia, seguía queriéndome. Sin la menor dificultad. De hecho, la razón exacta de que yo odiara esas cosas es que amaba al hombre: justamente porque me amaba, me dolía encontrar que era la clase de persona que hacía esas cosas.
Por eso, el cristianismo no quiere reducir ni en un átomo el odio que sentimos por la crueldad y la traición. Debemos odiarlas. No debemos retractar ni una sola de las palabras que hemos dicho contra ellas.
Pero el cristianismo sí quiere que las odiemos de la misma forma en que odiamos algo en nosotros mismos: lamentando que esa persona lo haya hecho, y esperando que -si de alguna manera es posible- de algún modo, alguna vez, en algún lugar, pueda sanar y hacerse humana nuevamente.

Es fácil engañarse sobre esto. La verdadera prueba es ésta:
Supongamos que uno lee en el diario una historia de atrocidades inmundas cometidas por nuestros "enemigos". Supongamos que después surge algo que indica que esa historia podría no ser completamente verdadera, o no tan mala como se la presentó.
Lo primero que uno siente, es ¿"gracias a Dios que ni siquiera ellos son tan malos", o un sentimiento de desilusión, e incluso una decisión de aferrarse a la primera historia por el simple placer de creer a nuestros enemigos lo más malos posibles? Si lo segundo, es de temer que se trate del primer paso en un proceso que, si lo seguimos hasta el final, hará demonios de nosotros. Uno empieza a desear que el negro sea un poquito más negro. Si damos rienda suelta a ese deseo, más tarde desearemos ver el gris como negro, y luego ver el blanco mismo como negro. Finalmente, insistíremos en ver todo -Dios y nuestros amigos, incluso nosotros mismos- como malo, y no podremos parar de hacerlo: nos quedaremos fijos para siempre en un universo de odio puro.

Jah!, ...andá a contarle esto a Hebe de Bonafini...

Continuaré con este tema otro dia, porque lo estamos "trabajando" en los foros de "El Testigo Fiel" y veo que hay tema suficiente para continuar.



2004/07/04

benedicite

Hola
Acabo de llegar.

Hoy he trabajado todo el dia para crear una campaña para la defensa de la vida humana, en mi web y en otras webs amigas.

Parece que en nuestro bello mundo la muerte trabaja contra la vida, la vida vegetal y animal, pero también la vida humana.

Me preocupa la moda de favorecer la muerte en contra de la vida. por la propia comodidad, cada día desaparecen especies vegetales y animales.

Me preocupa que por la propia comodidad, cada día se maten también a muchísimos seres humanos, desde el seno de su madre hasta la cama del hospital, pasando por la infancia indigente, o la caida en manos perversas que llevan a los niños a la esclavitud o a la muerte. O bien una juventud robada por la droga o el alcohol, gastando una vida casi del todo cuando comenzaba a abrirse a su plenitud, o bien por la superstición salvaje de guerras creadas por otros.

No sé... ¿quizás soy demasiado pesimista?

Voy a identificarme por un momento con ellos...

Yo soy este pequeñísimo feto que descansa tranquilo "como un niño en los brazos de su madre", flotando dentro del seguro seno de mi mamá... ¿quién me podrá dañar? ¿Dejará mi mamá que las fuerzas de la muerte la convenzan de quitarme la vida? Seré yo también uno de esos niños destinados a morir antes de ver el color de una flor, o la sonrisa de mis padres?

Alguien que estudió para proteger la vida me la arrancará con unas tenazas que destrozarán mi cuerpo en pedazos para que mamá no se dé cuenta que yo era su hijito, para que no pueda pensar nada ni saber nada.

No seré yo la única víctima. Mamá se sentirá mal. No querrá pensar, Querrá creer que ha hecho lo que debía, o lo único que podía hacer. Quizás, como tantas otras, pasará años torturándose, pensando una y otra vez... porque de alguna manera ella sabrá que le han arrandado una parte de su propia vida.

O quizás, para enterrar profundamente sus sentimientos y justificarse a si misma mi muerte, pondrá todas sus fuerzas en proclamar que su cuerpo es suyo y que hace lo que hace porque quiere. Y para justificar su impotencia arrastrará a muchas otras mujeres a pensar que ser libres significa el derecho a matar a sus hijos, como si un hijo hiciera a la madre esclava. Estas mujeres no conocerán ya el amor. En su vejez se sentiran abandonadas y tristes, amargas y endurecidas. Y los hombres que las engañaron ¿quien será para ellos el orgullo de su vejez solitaria e inútil?

La muerte está de moda, comenzó a ponerse de moda con la guillotina francesa. Ya no era la muerte de la guerra; era algo más atroz y sutil que se ha infiltrado en el corazón humano como un virus mucho más virulento que el SIDA

Ya no se ama la vida. Ya son pocos los que disfrutan del aire transparente, del color o el aroma de una flor, o de la risa de los hijos que juegan alegres.

Estamos dando muerte a la alegría de vivir, estamos dando muerte lenta a nuestra propia alma... porque ya no creemos en la Vida y en el Amor.

2004/07/03

En el bosque de la Santa Cruz

toda la mañana escribiendo mensajes. Hay que llevar adelante la campaña. Delante de la ventana de mi PC casi sin moverme, ahra a este sitio, ahora a este otro sitio... hasta que el teléfono me saca de mi rutina para hacerme saltar corriendo, Ah! me esperan en la montaña.

El Bosque de la Santa Cruz está a unos kilómetros de mi casa. No deseo hacer esperar...
Llego antes que el amigo Nobuyuki y su primo que vienen para ayudarme en las reparaciones de la instalación de fontanería averiadas. En realidad solo trbaja Nobuyuki san porque nos envía a limpiar de hierba el camino... una manera como otra de quedarse tranquilo, o bien, de dar´nos tiempo para charlar, porque su primo viene con ganas de charla.

Antes que nada, zas,.. zas.., recogida de la hierba que segué el Lunes. Después a la fresca de la Pustinia (la calor es muy fuerte, fresca lo digo como contraste del exceso de calor) hablamos de cosas tan serias como del futuro del mundo y la humanidad. Es buena persona, Masaki san, padece la misma enfermedad de casi todos los japoneses: cree sin duda alguna que el Japón, desde siempre, es la raza escogida para traer al mundo la paz y la concordia, ayudarlo en su desarrollo espiritual y humano. Porque Dios siempre ha estado muy cerca de la vida cotidiana de lso japoneses. Me lo dice con toda seriedad, Con la seriedad con que se dicen evidencias irrefutables.

No sé exactamente a que secta pertenece... porque todas con sus mas y sus menos tienen como confesion de fe una mezcla armoniosa de creencias shinto, moral y filosofia budista, con aditivos occidentales sobre todo nueva Era, pero sin dejar de estar teñida con un cierto color cristiano. Cree que está a punto de lloegar esa nueva era de hermandad y armonia universal, sin guerras ni maldad... porque la humanidad está en pleno desarrollo. Los males que se ven solo son los males escondidos que salen precisamente para desaparecer, como una erupción purificadora.

Yo no estoy tan segura de nada para discutir. Solo sé que los planes de Dios sobre el Hombre son insondables, Se que Dios nos ama hasta llevarnos a su plenitud, ¿cuándo, cómo? Solo Dios sabe el dia y la hora de su Venida gloriosa, solo Dios sabe como es el destino que nos prepara. Mi confianza en mi Padre es total, tan total como para no preocuparme del bien que me destina.

Mientras tanto me preocupo del bien que debo vivir en este mundo para contribuir con mi pequeño granito de arena a la construcción del Reino. por la Fe y el Amor. Yo sé que Dios está por encima de nuestras mejores previsiones, como su Amor esta tan por encima de nuestras pequeñas concepciones del amor.

La tarde era muy bella desde la ventana de la pustinia y el joven Masaki san me ha dicho muy acertadamente. "Esta celda bajo el tejado la debes destinar solo a la oración. Ya basta el primer piso para el hombre: abajo, el hombre, arriba, Dios...!" Sí, señor, buena idea y le he dicho; seguiré tu consejo. Aún me ha dado otro."Los coches es mejor dejarlos bajo el bosque y subir a pie hasta la pustinia". Sí, le apruebo, es bueno hacer camino lentamente, dejando el polvo acumulado a cada paso, para llegar con el corazón un poco más sereno y transparente a encontrarse con Dios. De hecho hace mucho tiempo que yo pensé lo mismo...

Cultura diferente, religion diferente... Escucharse mutuamente enriquece y abre a nuevos horizontes. me ha dicho que una amiga que queria ser monja budista en su juventud quiere venir a visitarme. Y que cuando venga quiere comoer mi pan, ha dicho riendo.

2004/07/02

PAZ

La paz es un tema que, como la Vida o la Muerte, también esta de moda.

Rcuerdo que hace años leí en un bello libro, aunque muy difícil de leer por su traducción bastante literal del chino, un proverbio de ese país que decía algo así como que la palabra paz era popular solo donde había peligro de guerra.

Busco en los orígenes de nuestra tradición humana y veo que la Paz tiene mucha tradición.

Se puede hablar de muchos tipos de Paz.

Hay la paz que es solo ausencia de guerra, o bien el cese de la disputa bélica, querida o no, al acabar una guerra. Hay la paz de los vencedores y la de los vencidos. la de los primeros es una paz eufórica y orgullosa. la de los segundos, la paz del agotamiento, la paz de la herida cubierta con los harapos que restan de la bandera de su honor pisoteado. También hay la paz de los muertos de los que ya no podemos ver ni el reir ni el llorar por su vida o por su muerte.

hay la paz de los periodos sin guerra de un país. ¿Habrán países con largos periodos sin guerras? Externas o internas, las luchas están siempre al acecho, para explotar el propio descontento o para intereses de los que nunca llegarán a conocerse los motivos secretos del egoismo y el orgullo desmedido del hombre,, que pisotea la vida por intereses mezquinos a los que da títulos nobles para arrastrar el pueblo a la lucha.

Pero hay otro tipo de paz de la que se habla poco, y solamente a esta la llamaría yo PAZ. La paz de la vida de familia que se quiere, donde la Madre está presente en la vida de todos los miembros de la familia como la columna de luz o el punto de referencia de todo cuanto se hace. El estudio de los peques, el trabajo del padre o de los mayores. El solaz de las fiestas y vacaciones, el reir y compartir la vida sencilla de cada día con amor.

Es una paz humana y humanizadora. Una paz que nos envuelve como el aroma de las flores o la brisa de primavera. Que nos hace capaces de confiar y de crecer, de esforzarnos y de perdonar, de sentirnos amados y de amar.

Y la mas importante, la que pocos se atreven a buscar por considerarla un sueño casi imposible. La PAZ espiritual, la PAZ del corazón, la PAZ que nos viene de DIOS. La paz que diviniza al hombre creado a imagen y semejanza de su Creador. La paz del Hombre cristificado. La Paz divina que recibe aquel a quien le han sido desvelados los Misterios del Señor, el Dador de la Vida y vencedor de la muerte. DIOS AMOR. Pero en este tema ya continuaré otro día.

Que la Paz del Señor Jesús sea contigo tu que has venido hasta este blog, quiero compartir contigo mi alegría de que DIOS es AMOR. Ve y canta tu alegría, nuestra alegría. Ve y canta la salvación de Cristo, nuestra salvación.