benedicite

Documentos y reflexiones de una cristiana

2004/07/04

benedicite

Hola
Acabo de llegar.

Hoy he trabajado todo el dia para crear una campaña para la defensa de la vida humana, en mi web y en otras webs amigas.

Parece que en nuestro bello mundo la muerte trabaja contra la vida, la vida vegetal y animal, pero también la vida humana.

Me preocupa la moda de favorecer la muerte en contra de la vida. por la propia comodidad, cada día desaparecen especies vegetales y animales.

Me preocupa que por la propia comodidad, cada día se maten también a muchísimos seres humanos, desde el seno de su madre hasta la cama del hospital, pasando por la infancia indigente, o la caida en manos perversas que llevan a los niños a la esclavitud o a la muerte. O bien una juventud robada por la droga o el alcohol, gastando una vida casi del todo cuando comenzaba a abrirse a su plenitud, o bien por la superstición salvaje de guerras creadas por otros.

No sé... ¿quizás soy demasiado pesimista?

Voy a identificarme por un momento con ellos...

Yo soy este pequeñísimo feto que descansa tranquilo "como un niño en los brazos de su madre", flotando dentro del seguro seno de mi mamá... ¿quién me podrá dañar? ¿Dejará mi mamá que las fuerzas de la muerte la convenzan de quitarme la vida? Seré yo también uno de esos niños destinados a morir antes de ver el color de una flor, o la sonrisa de mis padres?

Alguien que estudió para proteger la vida me la arrancará con unas tenazas que destrozarán mi cuerpo en pedazos para que mamá no se dé cuenta que yo era su hijito, para que no pueda pensar nada ni saber nada.

No seré yo la única víctima. Mamá se sentirá mal. No querrá pensar, Querrá creer que ha hecho lo que debía, o lo único que podía hacer. Quizás, como tantas otras, pasará años torturándose, pensando una y otra vez... porque de alguna manera ella sabrá que le han arrandado una parte de su propia vida.

O quizás, para enterrar profundamente sus sentimientos y justificarse a si misma mi muerte, pondrá todas sus fuerzas en proclamar que su cuerpo es suyo y que hace lo que hace porque quiere. Y para justificar su impotencia arrastrará a muchas otras mujeres a pensar que ser libres significa el derecho a matar a sus hijos, como si un hijo hiciera a la madre esclava. Estas mujeres no conocerán ya el amor. En su vejez se sentiran abandonadas y tristes, amargas y endurecidas. Y los hombres que las engañaron ¿quien será para ellos el orgullo de su vejez solitaria e inútil?

La muerte está de moda, comenzó a ponerse de moda con la guillotina francesa. Ya no era la muerte de la guerra; era algo más atroz y sutil que se ha infiltrado en el corazón humano como un virus mucho más virulento que el SIDA

Ya no se ama la vida. Ya son pocos los que disfrutan del aire transparente, del color o el aroma de una flor, o de la risa de los hijos que juegan alegres.

Estamos dando muerte a la alegría de vivir, estamos dando muerte lenta a nuestra propia alma... porque ya no creemos en la Vida y en el Amor.